Los profesores no lo están haciendo bien: Estrés, burnout, depresión...

Los Profesores No Lo Estan Haciendo Bien Estres Burnout Depresion

Los docentes están estresados ​​y agotados, y más de una cuarta parte muestra síntomas de depresión. Las personas que muestran síntomas de depresión y agotamiento pueden estar menos comprometidas con su trabajo, pueden ausentarse con más frecuencia. Estos comportamientos pueden tener un impacto adverso en los estudiantes, sin mencionar el impacto de la depresión en los propios maestros, su bienestar y sus relaciones.

Índice de contenidos
  1. Los profesores están bajo mucho estrés.
  2. Para la mayoría de los profesores, estar cansado al final del día es una forma de vida.
    1. 1. Fatiga de decisión y fuerza de voluntad
    2. 2. Emociones de alta intensidad
    3. 3. Preocupación
    4. 4. Su vida personal impactada
  3. ¿Hay un rayo de esperanza?

Los profesores están bajo mucho estrés.

La satisfacción laboral de los docentes parece estar en su punto más bajo, mientras que sus niveles de estrés se han disparado. Han enfrentado escasez de personal, interrupciones en el aprendizaje de los estudiantes, un aumento en el mal comportamiento y tensiones políticas sobre lo que se enseña en las escuelas.

Las fuentes más importantes de estrés profesional para los docentes son:

  • Administrar el comportamiento de los estudiantes
  • Hacer trabajo extra por falta de personal
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes
  • pasar demasiadas horas trabajando
  • Tener un salario muy bajo

Para la mayoría de los profesores, estar cansado al final del día es una forma de vida.

A las personas fuera de este lugar de trabajo les resulta difícil entender cómo pueden estar tan exhaustas. ¡Después de todo, trabajan con niños y solo tienen jornadas de siete horas! Tienen mucho control sobre nuestros propios horarios. ¡Tienen vacaciones de verano! Algunos maestros mismos tienen estos pensamientos y se preguntan qué les pasa. ¿Cómo es que están tan cansados?

Hay cuatro razones:

1. Fatiga de decisión y fuerza de voluntad

Como maestro, piense en la frecuencia con la que usan la fuerza de voluntad. Se autocensuran todo el día. Retienen un comentario sarcástico, se alejan de un estudiante holgazán cuando lo que realmente quieren hacer es sermonearlo, se guardan sus pensamientos sinceros sobre la última idea del director, responden a un correo electrónico irrespetuoso de un padre, trabajan con un estudiante cuando tienen ganas de hacer cualquier otra cosa, planifican para el día siguiente cuando prefieren revisar Facebook, se detienen cuando tienen ganas de lanzar una bomba. Los maestros apelan constantemente a la voluntad.

Pero aquí está el verdadero problema: la toma de decisiones requiere fuerza de voluntad. Esto se llama fatiga de decisión. Cuantas más decisiones tomes a lo largo del día, más fuerza de voluntad utilizarás. Después de un día dedicado a tomar decisiones, ya no tenemos la energía para tomar buenas decisiones.

Se estima que los maestros toman aproximadamente 1,500 decisiones por día escolar. Agregue a estas decisiones toda la autorregulación necesaria para enseñar a los niños, no es de extrañar que su voluntad se haya ido a las 5 p.m. Están agotados.

2. Emociones de alta intensidad

Una segunda razón por la que los maestros están fatigados es el efecto de las emociones de alta intensidad. Las emociones de alta intensidad como la ira, la frustración, la emoción y la euforia son fisiológicamente exigentes. Las emociones positivas provocan la misma reacción fisiológica que las emociones negativas: su ritmo cardíaco aumenta, sus glándulas sudoríparas se activan y se asustan fácilmente. A medida que activan la respuesta de estrés de su cuerpo, las emociones de alta intensidad, ya sean positivas o negativas, los desgastan.

Se instruye a los maestros para que sean entusiastas en sus lecciones. Muchos maestros creen que para ser más efectivos necesitan ser enérgicos. ¡Deben darlo todo! Eso puede ser cierto, pero sepa que su entusiasmo, combinado con sus momentos de ira, frustración e incluso euforia, los desgastará.

3. Preocupación

No es sorprendente que la preocupación esté relacionada con la fatiga. Cuando nos preocupamos, imaginamos y anticipamos eventos negativos. Nuestro nivel de estrés aumenta y nuestro cuerpo activa su respuesta de lucha o huida. Nuestro corazón late más rápido, sudamos y nuestro sistema inmunológico se prepara para defenderse de las amenazas. Como resultado, estamos físicamente cansados.

Los maestros se preocupan por todo tipo de razones:

Por eso están cansados: toman un montón de decisiones, saltan de una emoción a otra y se preocupan demasiado.

4. Su vida personal impactada

Un maestro también tiene una vida familiar, y muy a menudo esto se ve afectado por la carga de trabajo. Terminar el día a las 11 de la noche o incluso a medianoche, porque hay que corregir todos los papeles para el día siguiente o ajustar el programa del día porque han surgido imprevistos o se ha producido un retraso puede generar tensiones en el hogar.

También hay que tener en cuenta que uno de cada tres docentes debe cuidar de sus propios hijos mientras ejerce su profesión. Y aunque los tiempos están cambiando, vale la pena recordar que, a diferencia de sus colegas masculinos, es probable que una maestra tenga más trabajo esperándola cuando regrese a casa. Cuidar de los niños, sus deberes y la gestión de la casa (limpieza, compras, etc.) además de todo el trabajo extra que requiere la enseñanza requiere mucha energía.

¿Hay un rayo de esperanza?

La mayoría de los maestros dicen que manejan bien el estrés relacionado con el trabajo. Y poco menos de la mitad dice que son resilientes, lo que significa que se recuperan rápidamente de una situación estresante o difícil. Pero esto no significa que su cuerpo no se quede con las consecuencias. Es importante escuchar y comprender a estos maestros que se encargan de enseñar a nuestros hijos. Los maestros menos fatigados solo serán mejores en su tarea.

Subir