Pedagogía participativa: ¿Cómo practicar en clase?

La pedagogía participativa es un método de enseñanza en el que se proporciona espacio para que los alumnos creen activamente su propio significado a través de la participación.
La pedagogía participativa permite a los alumnos ser creadores al interactuar activamente con medios digitales como wikis, blogs, redes sociales, vlogs, marcadores sociales, historias digitales y entornos virtuales. Los alumnos se convierten en co-creadores del plan de estudios que dan forma a su aprendizaje a través de la participación activa. La experiencia de aprendizaje es, por tanto, la suma de estas múltiples perspectivas y creaciones.
Pedagogía participativa: definición
La pedagogía participativa es una teoría de un enfoque educativo o condición ambiental de enseñanza democrática que potencialmente representa el ideal de sociedad democrática imaginado por Freire y Dewey. Genera un cambio de poder, una revisión de la jerarquía dentro de las escuelas y de la visión teórica del “niño”.
La pedagogía participativa pretende promover los ideales de equidad, igualdad y cogestión con el objetivo de plasmarlos de manera efectiva en nuestras aulas para que se reflejen y difundan en la comunidad escolar y en la sociedad en general.
Este enfoque participativo y activo es esencial para la educación holística, ya que puede ayudar a fomentar la voz de los estudiantes, la exploración y el compromiso crítico, y el aprendizaje entre pares. Se aleja del docente, único transmisor de conocimientos, al permitir que los alumnos contribuyan a la construcción del conocimiento.
Los principios de la pedagogía participativa
Estos son algunos principios de la pedagogía participativa:
1. Colaboración y cooperación
La colaboración es una filosofía de interacción y una forma de vida personal en la que las personas son responsables de sus acciones, incluido el aprendizaje, y respetan las habilidades y contribuciones de sus pares.
En colaboración, los grupos modelo asumen una responsabilidad casi total, es decir, cada miembro del grupo tiene una tarea específica, mientras que la cooperación es una estructura de interacción diseñada para facilitar el logro de un producto final o una meta específica a través de personas que trabajan juntas en grupos.
La pedagogía participativa es un método de enseñanza en el que los estudiantes trabajan juntos en pequeños grupos para ayudarse unos a otros a aprender contenidos académicos.
La colaboración o cooperación se ha convertido en una tendencia del siglo XXI. Ha aumentado la necesidad de la sociedad de pensar y trabajar juntos en temas críticos, cambiando el énfasis del esfuerzo individual al trabajo en grupo, de la independencia a la comunidad. A pesar de los términos, en esta investigación se tiene en cuenta el trasfondo teórico basado en la filosofía de la participación, porque este método crea un entorno en el que los alumnos y los profesores, los alumnos y los alumnos enseñan y aprenden unos de otros en equidad mediante la incorporación de enfoques centrados en el alumno. principios en sus programas y currículos.
2. El alumno es el centro del aprendizaje
Esta pedagogía activa se caracteriza por el compromiso activo, la participación, la construcción del conocimiento y la participación en una experiencia de aprendizaje a través del aprendizaje colaborativo, el coaprendizaje y los compromisos.
En la pedagogía participativa, los aprendices se colocan en el centro y, por lo tanto, los procesos recíprocos entre los aprendices son esenciales para producir más y más fuertes relaciones con el fin de llevar a cabo actividades de aprendizaje para el aprendizaje continuo mediante la producción de conocimientos, la recolección de conocimientos para generar más ideas nuevas y contribuir a la comunidad. . Esto promueve la igualdad en el aprendizaje, supera la timidez o la incomodidad de hablar cara a cara y brinda a cada participante la misma oportunidad de expresarse.
3. Trabajo en grupo
El enfoque participativo implica pequeños equipos heterogéneos, generalmente de cuatro o cinco miembros, que trabajan juntos en una tarea grupal en la que cada miembro es individualmente responsable de parte de un resultado que solo se puede lograr si los miembros trabajan juntos. En otras palabras, los miembros del grupo son positivamente interdependientes.
La pedagogía participativa es un método de enseñanza en el que pequeños equipos, formados por alumnos de diferentes niveles, utilizan una variedad de actividades de aprendizaje para mejorar su comprensión de un tema.
Cada miembro de un equipo es responsable no solo de aprender lo que se enseña, sino también de ayudar a sus compañeros a aprender, creando así una atmósfera de logro. La idea de participación se refiere a la acción de tomar parte en actividades y proyectos, y la acción de compartir las actividades de un grupo. El proceso participativo promueve el aprendizaje mutuo. La estrategia de aprendizaje participativo encuentra su teoría básica en la socioconstructivismo así como en el enfoque de aprendizaje participativo.
La diferencia entre la pedagogía participativa y la tradicional
La pedagogía participativa tiene como objetivo involucrar a los estudiantes, ponerlos en control de su propia educación, hacer que el aprendizaje sea activo y participativo, y hacer que la educación sea más equitativa. Entre los elementos fundamentales de la pedagogía participativa se encuentran la comunidad, la colaboración y la justicia social.
La pedagogía participativa surge de la genealogía de la educación progresiva que se remonta a Montessori y Dewey, de la pedagogía radical (piense en los métodos dialógicos de Paulo Freire y el énfasis de Bell Hooks en el desarrollo intelectual y espiritual de los estudiantes) y varias pedagogías contemporáneas y comprometidas, incluyendo aquellos influenciados por las ciencias sociales (como el trabajo de Carol Dweck sobre mentalidad fija y mentalidad de crecimiento).
Esta pedagogía activa se basa en la idea de que todos merecen aprender y que todos merecen una educación que apoye su potencial. Todo estudiante tiene derecho a triunfar. Está estructurado para apoyar el éxito y el empoderamiento de los estudiantes, lo que significa incluirlos en el proceso de aprendizaje (por ejemplo, mediante la creación conjunta de un plan de lecciones y resultados de aprendizaje) .
Finalmente, la pedagogía participativa refuerza un método de autorreflexión al involucrar a los estudiantes en la metacognición, un proceso que obliga a los estudiantes a reexaminar críticamente las formas tradicionales de enseñanza y aprendizaje.
A diferencia de la pedagogía tradicional que utiliza un modelo de entrega de información de arriba hacia abajo y trata a los estudiantes como receptores pasivos de conocimiento, la investigación muestra que el aprendizaje activo mejora la absorción de ideas complejas a través de la práctica.
En pocas palabras, la idea detrás del aprendizaje activo es que el cerebro necesita ejercicio constante para formar nuevas conexiones neuronales, lo que fortalece la toma de decisiones y, al hacerlo, reconfigurar el cerebro. Escuchar pasivamente conferencias no ayuda al cerebro a ejercitarse, pero pensar activamente en buenas o malas explicaciones y caminos a seguir sí”.
Cuando tenemos la oportunidad de participar, todos aprendemos mejor. La investigación sobre el valor del aprendizaje participativo es convincente.
Introducción del enfoque participativo en la enseñanza
La pedagogía participativa se centra en el alumno. Fomenta el aprender haciendo, utilizando grupos pequeños, materiales concretos, preguntas abiertas y enseñanza entre pares. Por ejemplo, los alumnos usan actividades prácticas para comprender conceptos matemáticos o trabajar juntos para resolver problemas y hacer y responder preguntas.
La pedagogía participativa contrasta con las metodologías centradas en el docente que se caracterizan por que los alumnos se sientan pasivamente en sus escritorios, respondiendo preguntas cerradas y copiando en la pizarra.
La pedagogía participativa y activa también se puede utilizar con docentes y autoridades educativas para ayudarlos a analizar sus necesidades, identificar soluciones y desarrollar e implementar un plan de acción. En estos contextos se puede incluir la participación comunitaria, la coordinación y el análisis.
Un desafío importante en la creación de un clima de aula para la pedagogía participativa es la mentalidad existente del docente involucrado: su filosofía educativa y su visión del "niño" que influyen en sus elecciones pedagógicas. Además, la relación de pedagogía participativa entre profesor y alumno también requiere cierto reconocimiento por parte de los propios alumnos de su propia capacidad para participar y de su responsabilidad de comprometerse seriamente.
Conclusión
La pedagogía participativa incluye un conjunto de estrategias y técnicas didácticas que tienen como objetivo promover un papel más activo de los estudiantes en el proceso de aprendizaje. Esto implica no solo despertar el interés de los estudiantes en las lecciones teóricas, alentar las discusiones grupales y el pensamiento crítico, sino también involucrarlos en actividades más prácticas, para conectar el rendimiento académico con problemas de la vida real y comprender el impacto de las acciones individuales en el comunidad.